La percepción de esfuerzo (RPE)


La RPE es la percepción subjetiva del esfuerzo, esta se puede cuantificar con una escala del 1 al 10 siendo el 1 una actividad muy suave, como la de dar un paseo y el 10 una actividad muy dura, como un día de series al máximo, donde hubiera sido imposible seguir un poco más a esa intensidad o cuando llegas a casa temblando después de un fondo muy exigente. La RPE limita el rendimiento, paramos cuando ya no podemos soportar más dolor, es decir cuando nuestra RPE es 10.


La RPE es un dato GRATIS que muchas veces no se tiene en cuenta en el entrenamiento o no se le da la importancia que tiene, puede que sea por esto mismo, que es gratis. Muchas veces con la sobre información de datos que actualmente tenemos, con tantos aparatos externos nos olvidamos de lo más importante como se siente el deportista, cuáles son sus sensaciones, que pasa dentro del cuerpo. Con esto no digo que solo haya que fijarse en la RPE, sino que esta nos da una información fundamental que muchas veces obviamos, ya que preferimos fijarnos en otros datos porque nos los dan aparatos o software costosos. Muchos de estos datos, seguramente también puedan tienen su lugar en el entrenamiento, pero hay que saber bien cuáles valen y cuáles únicamente aportan ruido. Que el árbol no te impida ver el bosque.

Si el deportista se conoce, la RPE puede ser una herramienta muy útil para la prescripción del entrenamiento, ya esta nos dice el grado de estrés que le damos a nuestro organismo. Y es que el cuerpo, no entiende de vatios, sino de estrés y este no está exclusivamente influenciado por los vatios que movemos sino que otros factores como el calor, la altitud, el estado de ánimo, la alimentación… influirán en el grado de estrés que un entrenamiento genera.

Usos de la RPE:
Preguntando la RPE al deportista al final del entrenamiento podemos saber el grado de estrés que le ha generado un entrenamiento en concreto y de esta manera será más fácil programar los siguientes según el objetivo. Por ejemplo, si mandamos unes series con le objetivo que el deportista lo de absolutamente todo y nos dice que la RPE ha sido de 8-9 sabemos que para el siguiente habrá que subir los vatios o el tiempo de série. Por otro lado, si mandamos unes series a unos vatios con el objetivo de que sea un esfuerzo máximo aunque el deportista no llegue a los vatios mientras mantenga un esfuerzo máximo las adaptaciones serán máximas.

La RPE también puede ser útil para la prescripción de los entrenamientos, por ejemplo si toca hacer un fondo, podemos pedir la RPE que nos interese, por ejemplo 3-4 para que este no sea muy duro y no genere mucha fatiga, de esta manera sabemos que el entrenamiento no va a suponer demasiado estrés, ya que si lo mandamos a unos determinados vatios, es posible que al inicio sé fácil, pero la última hora acabe siendo muy dura generando más estrés que el que queremos

Otro uso de la RPE es para detectar fatiga, por ejemplo si tenemos un rodaje al 60% del FTP y la RPE es más alta de lo normal, 6-8 seguramente es que el deportista está muy fatigado.

Por último quería hablar de la RPE como indicador de mejora, si solo nos fijamos en los vatios y vemos que estos mejoran ente diferentes sesiones, por ejemplo de 350w a 360w podemos pensar que estamos mejorando, pero si nos fijamos también en la RPE y esta ha aumentado de 8 a 10 seguramente no habremos mejorado, ya que para mejorar 10 vatios, el esfuerzo que estamos haciendo es mucho mayor.

Como conclusión, vemos que la RPE tiene una gran utilidad para la prescripción del entrenamiento, y aunque no es lo mejor, únicamente con la RPE se pueden programar entrenamientos sin necesidad de potenciómetro o sensor de frecuencia cardiaca.

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